Una aprehensión que he visto en muchas mamás que han estado dedicadas a sus familias y a la casa, y que se proponen volver a trabajar o emprender, es creer que en su casa y con su familia va a quedar la embarrada, que se va a generar un ambiente muy estresante y que al final, no va a valer la pena el intento por la remuneración que pueda recibir a cambio.
Algunas clientes mías y mamás con las que converso me han hecho comentarios como: “es que aún están muy chicos, cuando sean más autónomos (la edad de los hijos en estos casos varía)”, “para ganar lo mismo que tendría que pagar a todo el apoyo que necesito para que la casa siga funcionando… ¿vale la pena?”, o “ya me pasó, que tomé un trabajo, en el cual duré poco porque, entre otras cosas, se generó un ambiente muy estresante en mi casa mientras trabajaba.”
Creer que “la familia y la casa no pueden continuar funcionando bien sin mí” es una creencia limitante.
Argumentos válidos, todos. Y a la vez, ¿qué componente de excusas puede haber en ellos? Creer que “la familia y la casa no pueden continuar funcionando bien sin mí” es una creencia limitante. Cuando aparece, no siempre nos damos cuenta, pues se esconde detrás de excusas como las que menciono arriba.
Esta es una creencia limitante a medida que limita nuestro campo de acción y nuestra sensación de libertad. Viene de otras creencias y constructos sociales que nos transmiten a las mujeres desde niñas, como:
El perfeccionismo (creer que todo lo que hago tiene que ser perfecto) y creer que nadie más puede hacer las cosas como yo las hago, especialmente cuando se trata de la familia.
Creer que la mujer tiene que estar al centro de la vida familiar y el hogar.
La creencia en el sacrificio personal como medida de nuestra valía personal. Esto nos lleva a orientarnos más hacia los demás, en vez de a mantenernos a nosotras mismas como punto de referencia y centro de nuestra propia experiencia de vida.
Quiero aclarar que para mí, priorizar por un período de tu vida la crianza de tus hijos y el cuidado de tu familia no necesariamente te hace víctima de tus creencias y no quiere decir que hayas fracasado en tu carrera profesional. Si has tomado esta decisión con conciencia, esto es señal de tu valentía y tu voluntad de arriesgar y poner de lado tu desarrollo de carrera por aquello que más valoras.
Sin embargo, en algún punto, esto deja de ser suficiente para muchas mujeres. Al tener el deseo de seguir creciendo profesionalmente, de seguir aprendiendo y consiguiendo nuevos logros, quizás muy distintos a los que se venían teniendo antes (o quizás en la misma línea), es necesario hacerse conscientes de las limitaciones internas que pueden aparecer.
Para superar estas creencias limitantes, lo primero que te propongo es conectar con tu motivación interna, con lo que auténticamente deseas ahora. ¿Qué es lo que te está inquietando, que te lleva a imaginarte siquiera sacudiendo el estado actual de tu vida, tu status quo? ¿Qué sueño se esconde detrás de esa inquietud? ¿Cómo visualizas tu vida ideal?
Date espacio para reflexionar sobre esto y toma nota en un journal de lo que vas descubriendo. Después de estar mucho tiempo orientada hacia el cuidado de otros, no es fácil empezar a escucharte a ti misma y es normal que al principio no encuentres respuestas.
Luego, y también en un espacio de reflexión, sé sincera contigo misma, ponle atención a tus pensamientos y muestra curiosidad por las excusas que das a otros o a ti misma. ¿Es totalmente cierto, irrefutable, comprobable lo que estoy diciendo? ¿Qué evidencias puedes encontrar a favor o en contra de esta idea? ¿Dónde aprendí esto?
Estas creencias las podemos tener muy arraigadas y no es fácil sacudirlas. Toma tiempo y recomiendo practicar la paciencia y a la vez la tenacidad.
Si tienes una inquietud por cambiar en tu vida, es porque tus sueños te llaman y ¡nunca es tarde para escucharlos! Personalmente, he hecho este trabajo de reflexión para mí, pues este tipo de creencias aún aparecen, aunque menos que antes. Puedo decir que al tener más conciencia sobre ellas, empiezan a perder peso y se abren nuevas posibilidades.
Si estás en estas, con inquietud por reactivarte laboralmente, cambiar de trabajo, emprender o tener alguna actividad en la que te sigues desarrollando profesionalmente, y a la vez el miedo y excusas te abruman, te puedo ayudar.
A través de mi programa de coaching o con un proceso de psicoterapia, he podido acompañar a otras mamás como tú, ayudándolas a conseguir mayor claridad, identificando sus creencias limitantes y conectando con sus sueños y fortalezas. Agenda aquí una llamada aclaratoria para que exploremos juntas cómo te podría apoyar en este momento.
Además, te comparto mi guía gratuita 4 Errores al Reactivar tu Carrera - especial para mamás donde podrás orientarte en cómo empezar a dar tus primeros pasos e ir venciendo tus excusas.
Yorumlar